Este castillo del siglo XIX, rodeado por un precioso jardín inglés con laberinto incluido, ha desempeñado un papel prominente en la historia del país. En octubre de 1918, durante la liberación de la Primera Guerra Mundial, el rey Alberto I fijó aquí su residencia. Un mes más tarde se formó el “Gobierno de Loppem” – el primer tripartito. Tanto su arquitectura, como el diseño original del castillo, están excepcionalmente bien conservados y se puede admirar una importante colección de arte. Es notable resaltar, entre muchas otras cosas, las pinturas murales con textos del poeta Guido Gezelle.